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Conversación con Juan Sabas

El exbético Juan Sabas, delantero que jugó tres temporadas en el conjunto verdiblanco, siendo todo un ídolo de la afición bética, pasaba por la edición madrileña de Sevilla Es Fútbol 2023 para rememorar sus éxitos y vivencias con el club heliopolitano.

El exdelantero verdiblanco comentaba sus inicios en el fútbol. «Soy de una familia humilde y trabajadora de Madrid y empecé a jugar en Leganés, en Zarzaquemada concretamente. Jugábamos en la calle, lo que ya no existe. Ahora los chavales se dedican a ir a una escuela y a obedecer las directrices de los técnicos que tienen. Antiguamente había más talento. En mi caso, nunca he jugado en ninguna cantera importante y todo los pasos que fui dando los di poco a poco. Trabajé en un taxi con 18 años cuando mi padre. desgraciadamente, falleció a los 47. Tuve que dejar de estudiar para ponerme a trabajar y ayudar en casa. Llegue con 17 ó 18 años a Tercera división y jugué tres años en Tercera. casi siempre jugaba de extremo, pero en el Pegaso, un entrenador decidió apostar por mí como segundo delantero. Mis cifras goleadoras se dispararon. Metí 22 goles el primer año, quedamos campeones y ascendimos a Segunda B. Metí otros 22 en Segunda B y eso fue mi trampolín a Primera división. ya que me fichó el Rayo Vallecano, que acababa de ascender a Primera».

Continuaba Juan Sabas recordando su etapa en el Atlético de Madrid. «Lo recuerdo como una etapa preciosa a pesar de que pienso que me frenó mi carrera. Soy Atlético por mi padre. Mi padre era muy atlético y nos llevaba a mi hermano y a mí. De jugar en Segunda B a, en menos de un año y medio, jugar en un equipo grande como el Atlético de Madrid. Con jugadores de la talla de Paulo Futre, de Manolo, que había sido el pichichi de LaLiga o Bernd Schuster, te tenías que conformar con jugar algunos ratos. Para mí, Schuster es el futbolista más completo con el que yo he jugado. Y ahí fue donde se me encasilló como un futbolista revulsivo. Yo quería quedarme en Primera división como fuera y la única manera era aprovechar los pocos minutos que tenía. Y la verdad es que me salió bien. Yo andaba muy fuerte mentalmente en esa época y eso me ayudó mucho. El Atlético de Madrid es otro mundo. Es una afición muy entregada, pero mucho más exigente».

También hablo de dos expresidentes muy excéntricos como Jesús Gil y Manuel Ruiz de Lopera. «Se hartaba de los entrenadores y los echaba. Tuvimos tres entrenadores en mi primera temporada en el Atlético de Madrid. Me llevaba muy bien con él y he de reconocer que no sé por qué. En cuanto a Lopera, también me llevaba muy bien con él. Ya podía venir el futbolista que fuera, y mira que pasaron futbolistas importantes por el Real Betis, pero él era el auténtico ídolo.

Sabas también valoró muy positivamente su paso por el Real Betis. «Después de cuatro temporadas en el Atlético, quedo libre y los equipos que más interés tenían en mí son el Real Valladolid, que pusieron más empeño, y el Real Betis. me reuní con los dos clubes, pero decidí irme al calor de Sevilla. Creo que acerté. Creía que iba a tener más posibilidades de jugar en el Betis que en el Valladolid. Fueron tres años maravillosos. Cuando llegué, fuimos el equipo revelación y, aunque jugué más o menos lo mismo, ya que nunca fui titular indiscutible, pienso que fueron mis mejores años de fútbol. Fue cuando jugué a un mayor nivel individual. Disfruté muchísimo del club, explicaba.

También aceptó su rol durante su paso por el conjunto verdiblanco. «Quedamos terceros, lo que pasa es que me encuentro con un equipo que juega muy bien, que tiene canteranos increíbles y que tenía en la delantera a Aquino y a Ángel Cuéllar, que eran buenísimos y metían un montón de goles. Encima, ficharon a Kowalczyk, que venía de ser subcampeón en Barcelona 92 y era también un futbolista muy interesante. La aparición de Ángel Cuéllar, que mete 16 ó 17 goles y lo acaba fichando el Barcelona. Cuando se fue Cuéllar trajeron a jugadores como Alfonso o Pier, ambos internacionales, y yo me tenía que conformar con jugar algunos ratitos. Me acogí a disfrutar en el terreno de juego y a hacerlo lo mejor posible. Si me ponían tres minutos, los tenía que aprovechar», decía bromeando.

Cuestionado por su relación con la afición del Betis, Sabas lo tenía claro. «Caí en gracia. Es muy difícil lo que yo he conseguido en el Real Betis. Ser ídolo entrando desde el banquillo, creo que hay muy poca gente que lo haya conseguido. Había partidos que jugaba de titular y daba un buen nivel, pero para mí es maravilloso que a un estadio le haya dado la vuelta y que todo el mundo coree tu nombre, saliendo desde el banquillo. Y con esa continuidad de buenas actuaciones desde el banquillo. Le hice goles al Sevilla y eso a los béticos le gusta. Marqué un gol en un torneo de pretemporada ante el Sevilla y ese mismo año jugamos un partido benéfico y le metí dos goles al Sevilla y a partir de ahí me denominaron como el ‘antibiri’. El sevillano tiene una gran memoria futbolística y además son más cariñosos que los madrileños. Sevilla es diferente y se vive el fútbol de otra manera. Me caló mucho esa forma de vivir el fútbol y creo que por ello jugué mucho mejor. Los canteranos sabían transmitirnos a los de fuera lo que eran los derbis», comentaba.

Además, se deshacía en elogios ante Alfonso Pérez Muñoz. «Alfonso en la etapa del Betis era increíble. Un futbolista que marcaba unas diferencias bestiales. Yo siempre le decía a los compañeros que se la dieran a Alfonso, que él lo iba a solucionar, y que ya los demás cogeríamos algún balón de los que se le quedasen atrás o le quitasen para aprovecharlo nosotros. Y recuerdo haber metido goles así. Era un futbolista que te daba soluciones siempre. Y luego, podía tener un penalti con la derecha o con la izquierda, que eso nunca lo había vivido yo. Iba bien de cabeza, era goleador… en el Betis era espectacular. Alfonso el de las botas blancas», finalizaba.